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En este artículo nos centraremos en las astilladoras, máquinas diseñadas para procesar materiales blandos o productos de madera que no contengan elementos duros, por lo que la madera sólida se reduce a trozos muy pequeños a través de un sistema de corte con cuchillas para luego utilizarlos en peletizadoras, briquetadoras, prensas hidráulicas o plantas de pellets, entre otros. Las cuchillas se montan sobre elementos rotatorios con velocidades relativamente altas para realizar el astillado.
Estas máquinas se suelen emplear en el ámbito forestal y principalmente las podemos encontrar de estos dos tipos: astilladoras de disco o de tambor. Estas últimas tienen un mejor rendimiento y mayor capacidad, además de que las astillas que producen son de mejor calidad. Es importante recordar que todas cuentan con un dispositivo de seguridad incorporado.
Las astilladoras de tambor pueden ser semifijas, que cuentan con un motor propio y suelen ser remolcadas por un camión, o bien móviles, que pueden acoplarse a un tractor agrícola de cierta potencia y deben remolcar un contenedor de astillas debido a que su función es obtener las astillas en el interior de la masa y no expulsarlas.
Como ya hemos dicho, las astilladoras proporcionan una calidad inigualable al producto debido a que aportan un valor añadido mayor al producto. Además, consumen menos combustible que otros sistemas y requieren menos potencia. Su control y manejo resultan muy sencillos hasta para los principiantes, que quedarán maravillados con su larga duración.
Cabe recordar que las astilladoras tienen poca tolerancia a materiales duros y la presencia de sustancias extrañas u objetos metálicos en la biomasa tratada puede averiar la máquina, por lo que debemos hacer hincapié en el empleo de materiales blandos.
De igual manera, hemos de recalcar que todas nuestras máquinas son respetuosas con el medio ambiente debido a nuestras políticas de trabajo, en las que la creación y empleo de energías renovables son algunos de los objetivos principales.
